El Centro Cultural de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos es la sede más antigua ocupada en la actualidad por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Decana de América.
La
edificación original fue concebida como el noviciado jesuita de San
Antonio Abad, el cual fue construída entre 1608 y 1613. La construcción
actual se construyó luego del terremoto de 1746 y conservó el trazado y
la distribución de la edificación original. Permanecería así hasta 1767,
año en que los jesuitas son expulsados de los territorios de la corona
española, pasa a ser posesión del Convictorio de San Carlos.
Tras la proclamación de la Independencia
la institución se denominó Colegio Mayor de San Carlos y a partir de
1862 pasa a ser parte de la Universidad de San Marcos. A raíz de los
daños ocasionados en la Casona por el terremoto de 1966, se inició el
traslado de la universidad a la nueva Ciudad Universitaria ubicada en la
avenida Venezuela del Cercado de Lima. En 1989, cuando la destrucción
de la Casona parecía irremediable, la Universidad Nacional Mayor de San
Marcos, la Agencia Española de Cooperación Internacional y el entonces
Instituto Nacional de Cultura, suscriben un convenio para conseguir la
restauración del complejo arquitectónico y así adecuarlo a nuevos usos
como espacio dedicado a la cultura, investigación y creación artística.
Actualmente, el conjunto restaurado de la Casona funciona como el Centro
Cultural San Marcos, el cual ofrece diferentes actividades culturales y
es sede de dos museos universitarios y centros de investigación. El
espacio se organiza alrededor de seis patios, de los cuales destacan el
Patio de Ciencias y el Patio de los Naranjos o de Letras. Entre los
ambientes cerrados más importantes destacan el Salón de Grados o la
antigua Capilla de Nuestra Señora de Loreto, donde se puede apreciar un
techo de bóveda trilobulada que está decorado con pinturas de santos y
doctores de la iglesia católica. Fue declarado Patrimonio Cultural de la
Nación el 28 de diciembre de 1972.
Preservarla...
Dijo que se hace indispensable evaluar y diagnosticar seriamente estos monumentos históricos, pues “es poco probable” que se puedan conservar al 100%, “para fijar planes y procesos de intervención en estos inmuebles”, y revisar un proceso de saneamiento de la propiedad.
Para su colega Silvia de los Ríos, del Centro de Investigación, Documentación y Asesoría Poblacional (CIDAP), lo “mínimo” que debe haber es un plan de destugurización, como el plan de manejo integral de renovación urbana del Centro Histórico.
Explicó que la municipalidad tiene un plan estratégico, pero es “muy exiguo”, sin recursos comprometidos.
Agregó que debe invitarse a los privados, sobre todo para trabajar el tema de vivienda social, porque “la idea no sería expulsar a quienes viven en el Centro Histórico y tener una ciudad que sólo por horas tenga uso comercial y cultural, sino un centro vivo”.
fuente: Visita Lina , Andina